
Andreas Gursky
Gursky nació en Leipzig en 1955. Hijo único de Willy Gursky, un fotógrafo industrial que le contagió su pasión y profesionalismo, frecuentó la escuela de Otto Steiner, en Essen, y se formó con los maestros de la neue Sachlichkeit (nueva objetividad) Hilla y Bernd Becher, conocidos por sus series de edificios industriales, tanques y galpones registrados con una óptica neutra en fotografías blanco y negro, ya legitimadas como clásicos del siglo XX. Al comienzo, Gursky siguió el modelo Becher, pero su obra dio un vuelco radical luego de un viaje a Japón, a mediados de los años noventa, cuando capturó escenas en la Bolsa de Tokio con los operadores en el fragor de la jornada bursátil. Al hacerlo, combinó el glamour de la fotografía comercial; la herramienta -poderosa para sus fines- de la manipulación digital y el gran formato como marca de identidad. Las series buscan agotar un tema desde diversos ángulos, son narraciones visuales, como las tomas en boxes durante una carrera de Fórmula 1, en los circuitos de Nurburbring y en Shangai, donde compiten las marcas de alta gama: MacLaren, Mercedes, Ferrari, Renault, Toyota y Honda
Gursky supo crear un estilo que vincula el dominio de la técnica con la elección de los temas: multitudes, grandes espacios y una mirada ubicua como la del Divino Creador. La bolsa de Kuwait, una noche de rave ,ceremonias masivas, desfiles, recitales de Madonna,hipermercados y aglomeraciones que hablan de la inmensa soledad del hombre actual; un ser que, perplejo, circula por los aeropuertos (otro no-lugar) atento al cartel que en la grilla digital marca su destino.
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